No somos conscientes de que los días, junto con sus horas, pasan dejando huella por nuestro rostro, dibujando en el entrecejo unas arrugas , síntoma de todas las cosas que en la madurez nos enfada, nos cabrea, nos encabrona, y acostumbrados a ello, comienza a sudarnos, cuando alcanzamos la vejez.
Siendo niño, lo único que te podía ofender, era que tu hermano mayor te robara los clics de "famobil" para hacer diana con ellos, o que tus amigas se rieran de tí en el patio de colegio, o que el chico que te gustaba, te tirara de las coletas, por no tirarte de cabeza por el barranco, en declaración del amor que realmente sentía por tí... En fin, cuando nos hacemos mayores, se supone que maduramos; la edad para alcanzar dicha condición, no está bien definida...los hay que con 30 aún les falta un par de veranos, o en cambio los hay con 20, pasados de rosca.
Las mujeres maduras, son más atractivas...aunque les invadan las arrugas, o la celulitis les coma vivas el trasero...no se porqué, pero desprenden un "algo" capaz de embriagar a jovenzuelos, sedientos de la experiencia que pueda ofrecerles tal fémina.
Estoy segura de que más de uno de los hombres que conozco, han soñado, durante la edad del pavo (para los hombres desde los 12 hasta los 40), con aquella profesora de matemáticas,cuarentona, rodeada de fórmulas e incógnitas, tumbada sobre una mesa, con la bata medio abierta y un compás regogiendo su despeinado pelo, después de darles lo suyo con todo el teorema...En cambio, nosotras, soñamos con que el profe de historia nos lleva de la mano a pasear bajo las estrellas...(este tipo de sueño lo teníamos las chicas de mi generación), actualemente las cosas han cambiado y las chicas, si se van con el profe de historia es porque le llevan calentando todo un trimestre... y pobre si se lo llevan de paseo al parque, que fijo no ve ni las estrellas, que como mucho se fija en el escote que lleva la chavala, tanto el de arriba como el de abajo...porque es que los padres no saben ya ni que comprar para que sus hijas no vayan tan entregadas por la calle...O sino, ellos, con los pantalones tan bajos que parecen los calcetines...eso sí, la gorra para todas partes, hasta en el aula, y de medio "lao", que si te la pones recta para que te quite el sol, pareces bobo.
La nueva generación se dedica a no trabajar, y menos a estudiar, que aquel que posea estudios o un trabajo, deja de mandar en el grupo. Está claro que para ostentar un alto cargo en la pandilla, debes renunciar a la cultura...aunque pensándolo bien, está pasando lo mismo en el Gobierno.
Siendo niño, lo único que te podía ofender, era que tu hermano mayor te robara los clics de "famobil" para hacer diana con ellos, o que tus amigas se rieran de tí en el patio de colegio, o que el chico que te gustaba, te tirara de las coletas, por no tirarte de cabeza por el barranco, en declaración del amor que realmente sentía por tí... En fin, cuando nos hacemos mayores, se supone que maduramos; la edad para alcanzar dicha condición, no está bien definida...los hay que con 30 aún les falta un par de veranos, o en cambio los hay con 20, pasados de rosca.
Las mujeres maduras, son más atractivas...aunque les invadan las arrugas, o la celulitis les coma vivas el trasero...no se porqué, pero desprenden un "algo" capaz de embriagar a jovenzuelos, sedientos de la experiencia que pueda ofrecerles tal fémina.
Estoy segura de que más de uno de los hombres que conozco, han soñado, durante la edad del pavo (para los hombres desde los 12 hasta los 40), con aquella profesora de matemáticas,cuarentona, rodeada de fórmulas e incógnitas, tumbada sobre una mesa, con la bata medio abierta y un compás regogiendo su despeinado pelo, después de darles lo suyo con todo el teorema...En cambio, nosotras, soñamos con que el profe de historia nos lleva de la mano a pasear bajo las estrellas...(este tipo de sueño lo teníamos las chicas de mi generación), actualemente las cosas han cambiado y las chicas, si se van con el profe de historia es porque le llevan calentando todo un trimestre... y pobre si se lo llevan de paseo al parque, que fijo no ve ni las estrellas, que como mucho se fija en el escote que lleva la chavala, tanto el de arriba como el de abajo...porque es que los padres no saben ya ni que comprar para que sus hijas no vayan tan entregadas por la calle...O sino, ellos, con los pantalones tan bajos que parecen los calcetines...eso sí, la gorra para todas partes, hasta en el aula, y de medio "lao", que si te la pones recta para que te quite el sol, pareces bobo.
La nueva generación se dedica a no trabajar, y menos a estudiar, que aquel que posea estudios o un trabajo, deja de mandar en el grupo. Está claro que para ostentar un alto cargo en la pandilla, debes renunciar a la cultura...aunque pensándolo bien, está pasando lo mismo en el Gobierno.
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