Es una pregunta que entra y sale de la cabeza de una niña, hasta que se hace mujer, de manera constante...y si no se la ha hecho alguna vez en su vida, ya se encargan los suegros y sus padres de que se le pase día y noche, a todas horas...
la verdad es que sería estupendo tener una mini yo, corriendo por el pasillo; que se pareciera a mi menos en lo protestona que salí, lo dura de mollera con las mates, lo llorona...La verdad es que si sale como mi esposo, la vida seria más tranquila para ambos.
No me imagino en la piel de mi madre, en su época moza, con tres criaturas casi de la misma edad; una colgada de la mano, llorando, otra del pecho mamando y el cabrón de mi hermano mayor de un árbol, para seguir con la tónica de disgustar a mi madre.
En aquellos años, no es que las mujeres pudieran con todo y más que las de ahora, digamos que los niños estaban hechos de piel de cucaracha y daba igual en qué fango te metieses, con qué cuchillo jugases, por qué terraplén te tirases, o si comias o no tierra del parque...la cuestión es que éramos inmunes a los calambrazos, las pedradas, o las peleas en el parque por quién hacía de portero o no...En cambio ahora, los niños parecen salidos de un laboratorio...¡si hasta el color de piel es diferente, tirando a pálido! y casi siempre andan vomitando o con catarros...Antes teníamos un tono "agitanáo"... pero no del sol, si no de meternos en el fango y acabar rebozándonos en la tierra del parque...solo así se conseguía aquella capa de mierda que te protegía de los rayos ultravioleta, que en la actualidad, provocan cáncer.
Y si te acatarrabas, hacías competiciones de quién lanzaba el "lapo" más lejos...Aún me acuerdo de la epidemia de piojos que se extendió por el colegio...cuantito la profe veía rascarse al "greñas", salía pitando hacia secretaría, dando informe de los hechos, corriéndose la voz por el resto del recinto, hasta que llegaba a oídos de tu madre...al día siguiente todos "peláos", y eso que yo nunca cogí, pero por si las moscas me embolvian la cabeza con las gasas, impregnadas de vinagre, con el fin de adormecer al posible huésped que habitase mi cabellera. Para entonces anunciaban "FILVIT" un champú estupendo que se daban en la cabeza un montón de crios, metidos en una bañera redonda, hasta arriba de jabón, donde se lo pasaban teta frotándose...LA CABEZA!.
la verdad es que sería estupendo tener una mini yo, corriendo por el pasillo; que se pareciera a mi menos en lo protestona que salí, lo dura de mollera con las mates, lo llorona...La verdad es que si sale como mi esposo, la vida seria más tranquila para ambos.
No me imagino en la piel de mi madre, en su época moza, con tres criaturas casi de la misma edad; una colgada de la mano, llorando, otra del pecho mamando y el cabrón de mi hermano mayor de un árbol, para seguir con la tónica de disgustar a mi madre.
En aquellos años, no es que las mujeres pudieran con todo y más que las de ahora, digamos que los niños estaban hechos de piel de cucaracha y daba igual en qué fango te metieses, con qué cuchillo jugases, por qué terraplén te tirases, o si comias o no tierra del parque...la cuestión es que éramos inmunes a los calambrazos, las pedradas, o las peleas en el parque por quién hacía de portero o no...En cambio ahora, los niños parecen salidos de un laboratorio...¡si hasta el color de piel es diferente, tirando a pálido! y casi siempre andan vomitando o con catarros...Antes teníamos un tono "agitanáo"... pero no del sol, si no de meternos en el fango y acabar rebozándonos en la tierra del parque...solo así se conseguía aquella capa de mierda que te protegía de los rayos ultravioleta, que en la actualidad, provocan cáncer.
Y si te acatarrabas, hacías competiciones de quién lanzaba el "lapo" más lejos...Aún me acuerdo de la epidemia de piojos que se extendió por el colegio...cuantito la profe veía rascarse al "greñas", salía pitando hacia secretaría, dando informe de los hechos, corriéndose la voz por el resto del recinto, hasta que llegaba a oídos de tu madre...al día siguiente todos "peláos", y eso que yo nunca cogí, pero por si las moscas me embolvian la cabeza con las gasas, impregnadas de vinagre, con el fin de adormecer al posible huésped que habitase mi cabellera. Para entonces anunciaban "FILVIT" un champú estupendo que se daban en la cabeza un montón de crios, metidos en una bañera redonda, hasta arriba de jabón, donde se lo pasaban teta frotándose...LA CABEZA!.
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